El pasado 4 de agosto entró en vigor la nueva legislación de la Unión Europea dirigida a reducir las emisiones contaminantes provenientes de instalaciones industriales y agroindustriales, incluidas la minería y las explotaciones intensivas de aves y cerdos, aunque excluye a la industria del vacuno.
Los Estados miembros tienen un plazo de 22 meses para adaptar esta normativa a sus legislaciones nacionales. Esta directiva es el principal instrumento de la UE para regular la contaminación de estas instalaciones con sustancias como óxidos de nitrógeno, amoniaco, mercurio, metano y dióxido de carbono. Las instalaciones afectadas deberán obtener permisos de emisión, siempre y cuando cumplan con los requisitos establecidos.
El objetivo de la Comisión Europea es reducir las emisiones de estos contaminantes atmosféricos clave en un 40% para el año 2050, tomando como referencia los niveles de 2020. Para alcanzar esta meta, los gobiernos de la UE y el Parlamento Europeo acordaron revisar la normativa en noviembre del año pasado, durante la presidencia española del Consejo de la UE.
La directiva ajusta ciertos umbrales para la cría intensiva de animales, afectando a explotaciones con 300 cerdos, 280 aves de corral (300 en el caso de gallinas ponedoras) y 350 animales para granjas mixtas. Estas normas se aplicarán de manera progresiva a partir de 2030, comenzando con las explotaciones más grandes.
Quedan excluidas de esta normativa las granjas extensivas, la cría de animales para uso doméstico y las explotaciones de vacuno.