Skip to main content

La Comisión Europea ha presentado su propuesta para el Marco Financiero Plurianual (MFP) 2028-2034, en la que se esboza un nuevo enfoque presupuestario que afectará directamente a la Política Agraria Común (PAC). Esta nueva planificación implica un cambio profundo tanto en el diseño como en la ejecución de los fondos destinados al sector agrario europeo, caracterizándose por una reducción significativa en su dotación económica y una reestructuración que limita su autonomía y la integra en planes nacionales más amplios. Uno de los elementos clave de la propuesta es el recorte de aproximadamente un 20 % en los fondos destinados a la PAC respecto al periodo actual (2021-2027). Mientras que en el marco vigente se asignaron 378.530 millones de euros a la PAC, la nueva planificación contempla una dotación de 300.000 millones de euros para el sector agrícola y pesquero en su conjunto. Aunque esta cifra aún no ha sido desglosada en detalle, se percibe como un retroceso considerable frente a las necesidades actuales del sector, especialmente en un contexto marcado por el cambio climático, la volatilidad de los mercados y el incremento de los costes de producción. Desde Farm Europe, grupo de expertos en política agraria comunitaria, se alerta de que para mantener el presupuesto agrícola en los niveles de 2020 serían necesarios más de 480.000 millones de euros, o al menos 395.000 millones para igualar los de 2027. Por tanto, consideran que esta propuesta convierte a los agricultores en uno de los sectores más perjudicados del actual marco político.

Los Planes de Asociación reemplazan la estructura por capítulos

Además del recorte económico, se plantea un nuevo enfoque en la gestión de los fondos europeos, abandonando la tradicional estructura por capítulos de gasto. La Comisión ha diseñado un sistema basado en cuatro grandes rúbricas,

  • Rúbrica 1. Aquí se ubican los Planes de Asociación Nacional y Regional, que abarcan el apoyo al sector agrario y pesquero y al medio rural, la cohesión económica, social y territorial, el desarrollo sostenible y la competitividad de la Unión, así como su seguridad. Contará con más de 1 billón de euros.
  • Rúbrica 2. Incluye el Fondo Europeo de Competitividad y el programa Horizonte Europa de investigación. Estará dotada con 589.600 millones de euros (409.000 millones para el Fondo de Competitividad).
  • Rúbrica 3. Abarca la Europa Global, así como la Política Exterior y de Seguridad Común y los Países y Territorios de Ultramar (incluida Groenlandia). Su dotación sería de 215.000 euros.
  • Rúbrica 4. Incluye los gastos administrativos de la Unión Europea, que representarán una proporción estable del 6% del MFP.

Además de estas cuatro rúbricas, la propuesta contempla una reserva especial para apoyar a Ucrania.

Riesgos de dilución de las prioridades agrícolas

Este modelo de gestión implica que los Estados miembros asumirán una mayor responsabilidad en la planificación y ejecución de los fondos agrícolas, lo que exige una coordinación más eficiente entre las administraciones nacionales y regionales. La coherencia de las políticas públicas será esencial para garantizar que la PAC mantenga su eficacia y capacidad de respuesta a las necesidades reales del sector agrario. En este sentido, se observa una creciente preocupación entre los actores del sector por el posible debilitamiento del enfoque común europeo, uno de los pilares tradicionales de la política agrícola comunitaria.

Una reserva agrícola para afrontar situaciones de crisis

Por otro lado, la propuesta contempla una reserva agrícola específica destinada a apoyar a los agricultores en situaciones de crisis, así como a estabilizar los mercados. Esta reserva pretende actuar como herramienta de contingencia ante eventos climáticos extremos o perturbaciones económicas, aunque aún no se han definido sus mecanismos de activación ni su dotación concreta. Lo que sí ha sido anunciado es que una parte significativa del aumento del presupuesto global (que pasa a representar el 1,26 % de la renta nacional bruta de la UE) se destinará al pago de la deuda contraída por el Fondo de Recuperación.

Nuevos recursos propios para financiar el presupuesto comunitario

En cuanto a la financiación, la Comisión Europea propone incorporar nuevos recursos propios para sostener el presupuesto comunitario. Entre ellos se encuentran los ingresos derivados del comercio de emisiones de CO₂, la tasa al carbono en frontera, un impuesto especial sobre el tabaco, un nuevo recurso basado en residuos electrónicos no reciclados y una contribución empresarial aplicable a compañías con una facturación superior a los 100 millones de euros. Con estos nuevos recursos, se espera alcanzar una recaudación de aproximadamente 58.500 millones de euros anuales, que permitiría reforzar la sostenibilidad financiera del proyecto europeo.

Preocupación del sector por el futuro de la PAC

Sin embargo, estas medidas no mitigan las dudas en el sector agrario. A la preocupación por el recorte presupuestario y la pérdida de autonomía, se suman interrogantes sobre la eficacia real de esta integración de la PAC en los planes nacionales. El éxito del nuevo enfoque dependerá de la capacidad de los Estados miembros para diseñar estrategias integrales que mantengan el espíritu de solidaridad y equilibrio territorial que caracterizaba a la política común. En ausencia de directrices claras y mecanismos de seguimiento adecuados, existe el riesgo de que las prioridades agrarias queden diluidas en marcos más amplios, perdiendo visibilidad e impacto.

Retos y necesidad de colaboración para un nuevo escenario

En este contexto, el diálogo entre instituciones, organizaciones agrarias y gobiernos será clave para asegurar que las futuras políticas respondan a los desafíos actuales del sector. Los agricultores y ganaderos europeos afrontan una etapa marcada por la incertidumbre, en la que deberán adaptarse no solo a nuevas exigencias normativas y ambientales, sino también a un escenario financiero menos favorable. A ello se suma la necesidad de una mayor profesionalización en la gestión de ayudas y la planificación de inversiones, aspectos que cobran aún más relevancia en un entorno donde la competencia por los fondos públicos será cada vez más intensa. En definitiva, la nueva propuesta de la Comisión Europea para el MFP 2028-2034 marca un punto de inflexión en la historia de la PAC. El modelo que se plantea apuesta por una mayor descentralización y flexibilidad, pero también impone mayores responsabilidades a los Estados miembros y al sector productivo. Es necesario que este cambio venga acompañado de garantías de equidad, eficacia y sostenibilidad a largo plazo. Solo así se podrá preservar el papel estratégico de la agricultura europea como garante de la seguridad alimentaria, el equilibrio territorial y la transición ecológica.